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El Chismemóvil

Cecilia Noriega-Bozovich



2000 - 2001

Video / 13:39'

Colección MICROMUSEO ("al fondo hay sitio")

Cecilia Noriega-Bozovich
El Chismemóvil
2000 – 2001
Video / 13:39′
Colección MICROMUSEO
(“al fondo hay sitio”)

En octubre del 2000 se inauguró la II Bienal Nacional de Lima entre los estertores de una dictadura que principiaba ya su ansiado desplome, con la fuga inicial de Vladimiro Montesinos y la terminal de Alberto Fujimori. En ese contexto, tenso y cargado de expectativas, Cecilia Noriega-Bozovich se infiltró memorablemente en una celebración artística de la que quedó descartada durante sus instancias preliminares. Lo hizo circulando su delirante Chismemóvil —un jeep del ejército repintado con tonalidades fucsia-Barbie— por entre las distintas sedes de la Bienal y —de paso porrazo— los principales atributos inmobiliarios del poder: el Palacio de Gobierno (presidencial), el Palacio Municipal, el Palacio Arzobispal, la Catedral… Una ironía feroz sobre los imperativos fascistoides de la marcialización y el simulacro impuestos por la neodictadura.

La femineización de lo marcial es precisamente una de las principales estrategias críticas ensayadas por la obra de Noriega-Bozovich. Otras son la apropiación y la perversión y el retorcimiento. El empoderamiento. Todas vinculadas por el concepto de escultura social (Joseph Beuys), aquí reconcebido desde la itinerancia, desde la promiscuidad, desde la fantasía. Sociosexuales. Como en el camuflaje deliciosamente rosa que (en)cubre a este trastornado vehículo militar con el que Cecilia paseaba a críticos y artífices y a la ciudadanía en general por entre los edificios emblemáticos de un poder cultural (la Bienal) del que circunstancialmente no participa y un poder político (la Dictadura) que sistemáticamente la oprime. Recorridos “femeninamente” utilizados para recibir y propagar habladurías en un medio dominado por el temor y el rumor. Todo registrado por una cámara “escondida” que parodia las en realidad encubiertas con que Montesinos lega a la posteridad su repertorio magnífico de Vladivideos (Sex, Lies and Vladitapes). Entre los artífices que literalmente se suben al carro aparecen en este registro la teatrista Rebeca Ralli (vinculada al grupo Yuyachkani), los plásticos Nana Gold, Hernán Pazos, Rocío Rodrigo, Moico Yaker, y el cineasta “Chicho” Durand. Notable el paseo despampanante de Giuseppe Campuzano (travestido).

La segunda parte de este video se inicia musical y lírica para culminar discursiva y teorética, con las intervenciones de los críticos Cuauhtémoc Medina y Gustavo Buntinx.

El resultado es una divertida, incisiva, instantánea del instante utópico en que la caída inminente de la dictadura de Montesinos y Fujimori parecía insinuar un cambio epocal.

(Gustavo Buntinx)

(Para una interpretación detallada de este video y de la obra que le da origen,
véase nuestra Pieza del Mes correspondiente a julio del 2023)

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