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TEODICEA

Agonías de Dios en el arte de Ángel Valdez

(1983 – 2019)

GALERÍA GERMÁN KRÜGER ESPANTOSO
Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA)
Miraflores / Lima – Perú

EXPOSICIÓN (Curaduría: Gustavo Buntinx)

218

12 de marzo
28 de abril
2019

AGONÍAS DE DIOS<br>(Sinopsis curatorial)<br>Gustavo Buntinx


Gustavo Buntinx

AGONÍAS DE DIOS

(Sinopsis curatorial)


Ángel Valdez
Las trampas de la fe
(obra completa [izq.] y detalle [der.])
1992
Técnica mixta sobre nórdex y tela / 180 x 120 cm

Dos tensiones primordiales energizan cierto arte peruano
de los últimos cuarenta años:
la ansiedad política, la inquietud religiosa.
Y todo lo pulsional que a través de ambas
se manifiesta desde registros personales.
O soterradamente sexuales.

En el entrecruzamiento de esas turbaciones
emergen trayectorias incisivas como las de Ángel Valdez
(Lima, 1961),
figura clave para desarrollos ya históricos,
como los del (neo)barroco
definitorio de algún horizonte esencial
en nuestra plástica contemporánea.

Tras esa gesta cultural
asoma también un gesto espiritual apenas contenido.
Así lo sugiere esta exposición insólita,
concebida por MICROMUSEO como una introspección
más que como una retrospectiva.
Una indagación atenta a los sentidos visibles de las obras,
pero además a sus agitaciones sumergidas.

Las necesidades interiores del arte.
Sus involuntarios apremios místicos.
Y sus racionalizaciones múltiples.

Su teodicea:
un concepto arduo, en evolución continua
desde la creación filosófica del término
por Gottfried Wilhelm Leibniz hace tres siglos.1

Aquella justificación reflexiva
de la existencia de lo Divino
deviene hoy una búsqueda angustiada.
En tiempos hostiles:
es la propia mirada religiosa
la que ahora debe justificarse
mediante coartadas culturales.

En esas argumentaciones actuales,
sin embargo,
a veces emerge una pulsión de fe.

Un esfuerzo por incorporar,
por darle cuerpo artístico y propio
a las agonías de Dios
que hoy demarcan
la extinción probable de lo humano.

 Pero agonía no es muerte
sino
lucha a muerte contra la muerte misma.2
Y el Perú de las últimas décadas
ha servido de escenario extremo
para esa conflagración espiritual
que se somatiza también en lo político.
Y en lo artístico se sublima.
De maneras no siempre conscientes.
Como un síntoma que se desboca.

Con claves a veces descarnadamente personales.
La obra de Valdez
se ve hilvanada por las irrupciones religiosas,
asociables a crisis íntimas
en sintonía dramática con otras, más vastas.
En cada una de esas articulaciones,
no obstante,
el comentario exteriorista
es sobre todo una mirada interior.

Ante la ideologización terminal del arte,
su retorización banalizante,
Valdez asume las demandas de lo social
pero vinculándolas otra vez
religándolas
a las preguntas primeras.

Íntimas. Y cósmicas:
acaso no haya,
en nuestros desangelados tiempos sin Dios,
arte más político que el religioso.

Es en el páramo espiritual
que la teología vuelve a ser una disciplina crítica.

O subversiva.

[ La argumentación extensa de esta exposición
puede encontrarse en el libro de mismo título que le dio culminación.
Un capítulo entero se encuentra reproducido
en el texto que acompaña
a nuestra Pieza del Mes de enero del 2024 ]

Notas

  

1. Gottfried Wilheim Leibniz. Essais de Théodicée sur la bonté de Dieu, la liberté de l’homme et l’origine du mal. París: 1710.

2. Del griego ἀγών (agón) = “combate”, “angustia.

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