LIMA EN UN ÁRBOL
1981
Video / 11:45’
Colección MICROMUSEO ("al fondo hay sitio")
septiembre
2013
Rossana Agois / Wiley Ludeña /
/ Hugo Salazar del Alcázar / Armando Williams
Lima en un árbol
1981
Video / 11:45’
Colección MICROMUSEO
(“al fondo hay sitio”)
INTERRUMPIR EL TRÁFICO
GUSTAVO BUNTINX
“Estoy de acuerdo con Martín Lutero, quien decía:
‘si sabemos que mañana es el fin del mundo,
plantaría hoy un árbol’”.
Joseph Beuys
Lo diré otra vez: la Tierra muere, el Mal existe. Y de un modo privilegiado en la tristérrima Lima, esa otrora “ciudad jardín”, hoy entregada a los intereses más depredadores por la corrupción que se generaliza en la clase política en general y particularmente en el manejo municipal de sus distritos. Como en el Chaclacayo devastado por las propias autoridades ediles, mediante mutilaciones y talas masivas de los árboles comunitarios, en operaciones contratadas por el gobierno local a empresas fantasmas con falsos informes de campo plagiados de documentos generados en México (sí, México). Y con pagos exorbitantes a los arboricidas, que además se ven privadamente recompensados con la leña obtenida mediante la destrucción del patrimonio natural que fuera colectivo. Así se mata al planeta. Y a la sociedad, a lo social mismo.
Apenas un capítulo adicional en una historia demasiado larga, demasiado nuestra. Se multiplican los señalamientos artísticos de estas interminables agonías peruanas. Y en casi todos ellos el árbol es el significante privilegiado. En su sufrimiento. Como el árbol herido impresionantemente arrojado el año 1999 por Esther Vainstein en la Sala de Exposiciones Luis Miró Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores. O el otro sobrecogedor árbol de Carmen Reátegui, rescatado en 2002 como cáliz sacrificial de los arrasamientos brutales dispuestos en 1999 por el alcalde del desdichado distrito de Chorrillos. Y el árbol muerto del distrito de Jesús María que durante esos mismos años Carlos Cueva y Manuel Mendieta, de la asociación LOT (La Otra Orilla), yerguen y trasladan por los espacios desertificados de la urbe, elevando sobre muletas su dignidad zaherida.
Pero el antecedente entonces desconocido para todo ello es la pieza aquí destacada como Pieza del Mes: una mínima intervención urbana, realizada en mayo de 1981 por Rossana Agois, Wiley Ludeña, Hugo Salazar del Alcázar y Armando Williams, con un par de colaboraciones entre las que se recuerda la participación de Carmen Rosa Martínez. Con singular parsimonia y sin solicitar permisos, ellos instalaron un eucalipto enmacetado en el cruce de la avenida Nicolás de Piérola (más conocida como La Colmena) y el jirón Rufino Torrico, interrumpiendo así el tráfico en una de zonas más transitadas del Centro Histórico de Lima.
Nada demasiado dramático ocurrió, más allá del vago desconcierto que invade incluso a la policía. Y, sin embargo, allí probablemente se configuraba la primera performance de signo ecológico realizada en el Perú. Un signo también político, como explicitan los breves textos al inicio del video sobre esa acción realizado entonces por el Centro de Teleducación de la Universidad Católica (CETUC).
Concebido para la Primera Muestra Latinoamericana de Arte No-Objetual y Arte Urbano, realizada en mayo de ese mismo año en Medellín, Colombia, ese registro se expuso seis meses después en la exposición Propuestas II, acogida por el Museo de Arte Italiano de Lima. Todavía en 1982 el primer número de la revista U-tópicos le dedicó a Lima en un árbol una ficha especial. Sin embargo, el debilitamiento creciente de la escena crítica ante los avances de la violencia y el autoritarismo debilitaría la memoria de esa intervención urbana e incluso la supervivencia material de sus documentos.
El año 2002 MICROMUSEO logró ubicar, muy deteriorado, el único ejemplar supérstite de este video. De inmediato gestionamos con José Carlos Mariátegui Ezeta la colaboración técnica de ATA (Alta Tecnología Andina) para su restauración, digitalización y publicación web. El estado en que se encontraba este registro impidió resultados impecables. Sin embargo, esa misma indefinición de las imágenes salvadas, y las huellas permanentes de estática, curiosamente potencian el sentido original de la acción que revive así modificada ante nuestros ojos. Una pátina tecnológica que es una huella histórica.
Y una advertencia profética.
Postdata
Junto con Wiley Ludeña y otros participantes presenté este rescate histórico en el conversatorio Árbol: el arte como ecología, organizado por el Centro Cultural de San Marcos el 22 de abril del 2002, en conmemoración del Día de la Tierra. Allí se discutieron también las propuestas ya mencionadas de Vainstein, Cueva y Mendieta, con una fuerte referencia a la prédica y la práctica de Joseph Beuys. Parte de una política más amplia que como Director General de esa institución procuré desarrollar mediante constantes sembríos de árboles y otros intercambios y exhibiciones (incluyendo la instalación de los aludidos árboles de LOT y de Reátegui).