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TEODICEA

Agonías de Dios en el arte de Ángel Valdez

(1983 – 2019)



2019

Textos: Gustavo Buntinx

IV


Teológicas

“Dos tensiones primordiales energizan cierto arte peruano de los últimos cuarenta años: la ansiedad política, la inquietud religiosa. Y todo lo pulsional que a través de ambas se manifiesta desde registros personales. O soterradamente sexuales.

En el entrecruzamiento de esas turbaciones emergen trayectorias incisivas como las de Ángel Valdez (Lima, 1961), figura clave para desarrollos ya históricos, como los del (neo)barroco definitorio de algún horizonte esencial en nuestra plástica contemporánea.

Tras esa gesta cultural asoma también un gesto espiritual apenas contenido. Así lo sugiere esta exposición insólita, concebida por MICROMUSEO como una introspección más que como una retrospectiva. Una indagación atenta a los sentidos visibles de las obras, pero además a sus agitaciones sumergidas.

Las necesidades interiores del arte. Sus involuntarios apremios místicos. Y sus racionalizaciones múltiples.

Su teodicea: un concepto arduo, en evolución continua desde la creación filosófica del término por Gottfried Wilhelm Leibniz hace tres siglos.

Aquella justificación reflexiva de la existencia de lo Divino deviene hoy una búsqueda angustiada. En tiempos hostiles: es la propia mirada religiosa la que ahora debe justificarse mediante coartadas culturales.

En esas argumentaciones actuales, sin embargo, a veces emerge una pulsión de fe. Un esfuerzo por incorporar, por darle cuerpo artístico y propio a las agonías de Dios que hoy demarcan la extinción probable de lo humano.

Pero agonía no es muerte sino lucha a muerte contra la muerte misma. Y el Perú de las últimas décadas ha servido de escenario extremo para esa conflagración espiritual que se somatiza también en lo político. Y en lo artístico se sublima. De maneras no siempre conscientes. Como un síntoma que se desboca.

Con claves a veces descarnadamente personales. La obra de Valdez se ve hilvanada por las irrupciones religiosas, asociables a crisis íntimas en sintonía dramática con otras, más vastas. En cada una de esas articulaciones, no obstante, el comentario exteriorista es sobre todo una mirada interior.

Ante la ideologización terminal del arte, su retorización banalizante, Valdez asume las demandas de lo social pero vinculándolas otra vez ––religándolas–– a las preguntas primeras. Íntimas. Y cósmicas: acaso no haya, en nuestros desangelados tiempos sin Dios, arte más político que el religioso.

Es en el páramo espiritual que la teología vuelve a ser una disciplina crítica.

O subversiva”.

[ Un capítulo entero de este libro se encuentra reproducido en el texto que acompaña
a nuestra Pieza del Mes de enero del 2024 
].

COEDICIÓN: MICROMUSEO / INSTITUTO CULTURAL PERUANO NORTEAMERICANO (ICPNA)
DISEÑO: JAMES HART
161 pp
78 imágenes interiores

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