Jaime Miranda Bambarén
(Monumento Films)
Semillas 18 / 13 lunas /
/ Taller / marzo 2020
Video / 10:27′
(Cámara: Jorge Cerna
Edición: José Luis Alcalá)
Colección MICROMUSEO
(“al fondo hay sitio”)

Derechos reservados (Copyright):
Jaime Miranda Bambarén

Transparencia (Disclosure):
este video entrelaza ficciones y datos reales
(this video interweaves fiction and fact)

Rutinas excéntricas —y rituales chamánicos— en el taller de Jaime Miranda Bambarén, coronando las alturas marginales de Lima Metropolitana.

Transcripción:

“Sírvete.

¡Como Manco Cápac, carajo!

¿Como Manco Cápac? Calla loco de mierda.

¿Para qué tienes esto?

De ahí, este. Vamos a buscar tesoros.

Es la abuela de Don Mariano.

Vamos a buscar tesoros.

¿Con ellos?

Te va a guiar.

Es la guía, la guía perfecta.

Perfecto.

Yo una vez he escuchado un tiempo que una señora dice que de noche en un desierto desolado estaba yendo a su pueblo pue. Montada en su caballo. Al final de cuenta dice, pasu, la señora escucha que un bebe estaba llorando debajo de un árbol. Y al final de cuenta dice que era un duende. La señora dice que de piedad baja de su caballo y lo recoge a la bebe para que se lo lleve. El caballo dice empieza a alocarse pue, y en uno de esos dice, la señora, abre su manta y ve y no era un bebe si no que era un duende, dice. Y la señora dice, pasu, de susto, lo bota al duende, y el caballo dice va embalado pue.

¿Y la señora?

Ya pue pucha que se fue embalado pue con su caballo. Se habrá corrido el caballo. Ahora que me dices del tesoro, dice que los duendes se apropian de los tesoros así que son dejados por dos tres años así escondidos. El duende ya pue ¡prun! Se lo lleva. Lo esconde dice pue.
Alguna vez has escuchado, cuando tú encuentras el tesoro, no. Y sientes que una mano, dice, te toca, pue. Y tú, por un momento te descuidas, porque tú piensas que alguien te está tocando, no. Estás a punto de agarrar el tesoro, y alguien te tocara, miras atrás, y ya no hay tesoro, ya.

Se habrá perdido, se hace humo.

Ajá.

Es como un encanto.

Lógico, ese es pue.

Claro. Al pie de la planta.

La abuelita de Don Mariano.

La Pachamama. Para la abuelita.

Su coquita, falta, no.

Las abuelitas chacchan coca, pue.

Claro. ¿Ella es la abuelita de Don Mariano?

Así es.

Ah, ya.

Oye, ¿tu crees que su espíritu regrese?

Dicen regresa, ¿no?

Claro, regresa.

El día que se muere, al quinto día recién se entera que está muerto. Al quinto día recién se entera que está muerto.

Y regresa.

Ajá.

Sí, son creencias.

Sí va a regresar.

Ahí está.

Salud por la abuela de Don Mariano.

Ahhh.

Ahora sí ah.

Otra cosa. Aya yay.

Otra cosa.

Aya yay, paloma.

Ahí ta.

Ahora sí. Ahora sí.

Puede rajar, con cuidado nomás.

No raja nada.

A ver con tus lentes pues, así ve.

Pero nosotros no conocemos qué tipo de hierba es ahora para curarse pero mientras que ellos conocían.

El campo nomás acá.

Ellos conocían eso

¿Con qué se curaban?

Todos los días para sufrir de alguna enfermedad, era muy difícil.

Ellos morían pucha que 70 años, 80, 90 años.

¿Y tú vas a llegar a 90 años? ¿Te gustaría llegar a los 90?

Ya no ya.

Ni a 50.

Ni a los 50 llegamos.

Por eso la abuelita de Don Mariano.

Carne, comen pura hierba.

Pasu macho.

Hasta ahorita, su cabecita también mira los huesitos, de otros mientras, de ahorita de los jóvenes, que están de pronto asu machu dos tres años pasa, ya está ya.

Se parte acá, así tal como está.

Se cae para un lado, ya está.

Polvo.

Sanito está.

Se desarma ya pue.

Sanito está ella.

A ver ponle tus lentes, con lentes estará bonito.

Sírvete para irnos ya.

Hay que acabar y nos vamos. A ver”.