Gustavo Buntinx
Itinerancias
(Conducciones varias de un vehículo cultural)
Basado en Lima, Perú, MICROMUSEO (“al fondo hay sitio”) se postula como un espacio itinerante para la construcción de ciudadanía cultural, cultura alterna, alternativas críticas. Y con una atención especial a cómo las estructuras de sentimiento devienen estructuras de lenguaje.
O viceversa: políticas tensionadas por poéticas. También por lo espiritual.
Desde ese ethos esencial, los recorridos de este transporte excéntrico apuntan a los destinos varios de una musealidad mestiza, una musealidad promiscua, una musealidad plebeya. Una movilidad cultural concebida para no reprimir sino productivizar las diferencias múltiples que nos constituyen como comunidad en ciernes.
Gracias a las estrategias de reciprocidad e itinerancia que esa promesa conlleva, en MICROMUSEO han confluido múltiples energías proporcionadas en distintos momentos por pasajeros diversos. Entre ellos, principalmente, curadores, diseñadores, museógrafos, activistas culturales y centenares de artífices de toda procedencia. También, por cierto, personas en principio ajenas a la escena artística —como el historiador Alberto Flores Galindo (†)— cuyo aliento temprano fue un estímulo importante durante los inicios de esta propuesta en la década de 1980. Fue con ese aliciente que MICROMUSEO se articuló entonces como integrante del proyecto SUR, Casa de Estudios del Socialismo.
Fiel a los referentes implícitos en el prefijo particular de su propio nombre (“micro”), la organización de MICROMUSEO suele pautarse desde un Taller de Mecánica, de cambiante composición. Sus integrantes de más prolongada data siguen siendo Gustavo Buntinx y Susana Torres Márquez, como “Chofer” y “Palanca”, respectivamente. Desde el 2006, y de manera intermitente, otras presencias marcantes han sido las de Sophia Durand, responsable de “Planchado y Pintura” (diseño gráfico), al igual que Daniel Contreras y Gabriela Germaná, en su condición de “Dateros” (investigadores). A partir del 2008 Víctor Vich ha prestado invalorables servicios de “Afinamiento”.
El “Cobrador”… se busca. O se buscaba: en marzo del 2024 esa utópica misión ha sido parcialmente asumida por Alejandro Alexis García, artífice grande y entrañable compañero de ruta en decenas de iniciativas nuestras, particularmente las asociadas al Laboraleatorio, Espacio de Arte, generosamente creado por él junto con Patssy Higuchi.
Entre los aportes adicionales en estas instancias de discusión interna cabe mencionar los intercambios esporádicos con los integrantes de lo que fuera el Espacio La Culpable, uno de los emprendimientos que ensayaban la renovación de la escena alternativa en Lima hacia mediados de la primera década del siglo XXI. Importa resaltar también algunas complicidades con otras museotopías locales, particularmente el Museo Travesti del Perú (de Giuseppe Campuzano [†]), el LIMAC (de Sandra Gamarra), y el Museo Neo-Inka (de Susana Torres Márquez).
Mención especial ameritan las interlocuciones continuas con otras inteligencias excéntricas, como las de Claudia Balarín, Haroldo Hernández, y Ramón Mujica Pinilla, por aludir sólo a referentes peruvianos.
Tras las experiencias traumáticas de la pandemia, esta estructura inició procesos de revisión / reflexión, aún en curso. El horizonte replanteado es generar nuevas alianzas y una mayor diversificación de MICROMUSEO. Un vehículo cultural que se reinventa y se reafirma como una propuesta inclusiva en compromiso creciente con las exigencias críticas del empoderamiento de lo local. Pero siempre como un proyecto autogestionario y distanciado del mercado y el Estado.
De los poderes y del Poder.