Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

TAKANAKUY

Puñetes y patadas a 3600 m.s.n.m.

Daniel Contreras / Sophia Durand


PARADERO HABANA
Laboraleatorio, Espacio de Arte, Miraflores / Lima – Perú

EXPOSICIÓN (Curaduría: Daniel Contreras / Sophia Durand)

138

04 de noviembre
18 de diciembre
2008

TRÁNSITOS<br><span class='versal'>Elocuencias</span><br><span class='versal'>de un letrero</span><br>(Comentario)<br>Gustavo Buntinx


Gustavo Buntinx

Tránsitos
Elocuencias de un letrero

(Comentario)


Leo [César Vallejos Yupanqui]
Takanakuy
ca. 2007
Pintura sobre triplay: 59 x 100 cm
MICROMUSEO (“al fondo hay sitio”)
Donación: Daniel Contreras / Sophia Durand, 2008

Hasta las zonas más agrestes del llamado Perú Profundo llegan las técnicas y los materiales y los íconos de nuestra sociedad cuasi-urbana, semi-industrial, sacha-cosmopolita. (Post)moderna, avant et aprés la lettre. Códigos y dispositivos trasnacionales que al penetrar son penetrados por las propias estructuras tradicionales así socavadas y al mismo tiempo reconstruidas.

Como en el takanakuy, un violento ritual navideño de luchas personales pero colectivas, cuyo origen algunos remontan hasta el taky onkoy del siglo XVI o hasta tiempos prehispánicos. Esa grave tradición adquiere una vitalidad insólita al injertarse con la mitología banal de la televisión y de la historieta, incluso del halloween, sin perder sus referencias primordiales. Máscaras ancestrales, de complejas estructuras simbólicas, alternando con los rostros de Frankenstein o el Hombre Lobo, cuando no con John Cena y otras figuras norteamericanas de la lucha libre hecha simulacro y espectáculo. Los sentidos más trascendentes bajo los ropajes más aparentemente comerciales y pueriles.

Mestizajes fecundos que actualizan las reciprocidades implícitas en los procesamientos de la violencia encauzada por esta alianza y lucha, de cuerpos y de imágenes. Así lo insinúa un elocuente cartel obtenido por los investigadores Daniel Contreras y Sophia Durand, integrantes de nuestro Taller de Mecánica, al participar como foráneos casi únicos en las experiencias de takanakuy realizadas durante la Navidad del 2007 en Santo Tomás y Llique, pueblos altoandinos de Chumbivilcas, Cuzco.

Puñetes y patadas a 3600 m.s.n.m. (sobre el nivel del mar) es precisamente el subtítulo de la exposición de MICROMUSEO en la que ellos reúnen los registros y reliquias de esa vivencia. En el conjunto de la muestra adquiere importancia propia este letrero, producido y exhibido en Santo Tomás por César Vallejos Yupanqui, artífice de la zona más conocido como Leo, un pseudónimo que combina sugerencias zodiacales y totémicas.

En coherencia con ese apelativo, mucho en esta pieza habla de las influencias urbanas de cierta artesanía publicitaria que desde las barriadas de la capital se irradia a todo el país. A esas influencias responden sin duda sus materiales (madera triplay, pintura sopleteada, esténciles), pero también algunos aspectos icónicos (la tipografía, las doradas estrellas de marquesina). Todo ello, sin embargo, se articula a una estructura dual, casi estrictamente simétrica, que algunos querrán caracterizar como andina. El moderno despliegue cinematográfico de las letras sanguíneas se distribuye en torno a la centralidad acaso ominosa de una máscara tradicional. Y hacia ambos costados se extiende la presencia dinámica de los luchadores exaltados como guerreros por sus vistosos chumpis (fajas) y las impresionantes qarawatanas de cuero casi fetichista.

Es sugerente la relación de continuidad entre esta imagen sincrética, mestiza, con el antecedente de un dibujo sin fecha pero a todas luces antiguo, publicado en 2006 por la revista cuzqueña Liwi. En él los atuendos se muestran más tradicionales y “nativos”, privilegiando las alusiones animistas de las cabezas zoomorfas o de las fibras vegetales. Ya parecen asomar, sin embargo, las qarawatanas. Y la composición es otra vez la de una oposición complementaria, donde la violencia de los gestos no excluye la posibilidad del abrazo.

Como aquél que, aún hoy en día, abre y cierra el ritual, reparador a la vez que sangriento, del takanakuy. Lucha y reconciliación. También de culturas.

Como en este letrero incisivo.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

← Anterior
Siguiente →