MEMORIA DEL OLVIDO
Calle Tarata – 16 julio 1992
PARADERO HABANA
Laboraleatorio, Espacio de Arte, Miraflores / Lima – Perú
EXPOSICIÓN (Curaduría: Gustavo Buntinx)
16 de julio
16 de agosto
2008
EVOCACIÓN DE KEVIN<br>(Testimonio)<br>Anamaría McCarthy
Anamaría McCarthy
EVOCACIÓN DE KEVIN,
DIECISÉIS AÑOS DESPUÉS
(Testimonio)
Autorretrato fugaz de Kevin McCarthy, capturado por un espejo de inspiración colonial
durante los registros en plano-secuencia que realiza con su cámara de video tras el atentado de Tarata,
en los días siguientes al 16 de julio de 1992.
(Fotograma de video)
16 de julio de 1992: el atentado de Sendero Luminoso en el jirón Tarata de Miraflores es una herida abierta en la historia del Perú, aunque no la única. Preferiríamos olvidarlo pero los que hemos sobrevivido al atentado, de cerca o de lejos, tenemos solamente a nuestro favor el recurso del tiempo que es una suerte de memoria del olvido. Quienes sin embargo no merecen ser olvidadas son las víctimas, estén vivas o muertas. Han pasado ya dieciseis años desde esa fecha. Años largos años de recuperación, de reconstrucción, de sanación espiritual.
Mi hermano Kevin fue un sobreviviente de Tarata. Cineasta, fotógrafo y escritor neoyorquino, estuvo una temporada en Lima y salió del edificio Residencial Central apenas unos minutos antes que estallara el primer coche bomba. Al regresar al departamento en medio del caos solamente pudo filmar el desastre desde el día siguiente para registrar imágenes que nunca han sido mostradas al público. Kevin durmió en mi estudio ubicado en el piso doce en medio de los escombros: sin puertas ni ventanas y a obscuras, protegiendo nuestras pertenencias de los que siempre están listos para robar y aprovecharse del dolor ajeno. Él nos conduce, a través de su mirada incrédula, por los pasillos y corredores del edificio, por las habitaciones de los departamentos vecinos destruidos.
En los siguientes días la cámara llega a mimetizarse en su rostro como una máscara permanente, registrando todo lo que ve. Así nos convierte en testigos oculares de la tragedia, el desconcierto y el dolor de los involucrados. También observamos el asombro e indignación de todos los demás. Por mi cuenta, a las dos semanas del atentado, capté también imágenes inéditas fotografiando los objetos desechados u olvidados que encontraba en los departamentos abandonados. Quise rendirle homenaje a los que, alguna vez, fueron propietarios de aquellos objetos personales desparramados en las ruinas.
16 de julio del 2003: Kevin sobrevivió Tarata pero otra tragedia le arrancó la vida once años después y el mismo día del atentado, en un terrible accidente en Los Ángeles. Kevin, su esposa Diana y otras nueve víctimas fallecieron absurdamente atropellados por un automóvil sin control que dejó, junto a sesenta heridos, una marca obscura en Santa Mónica Boulevard, donde tradicionalmente se organizaba un mercadillo de productores agrarios. Kevin siempre supo que su salida de esta vida sería dramática… su alma de cineasta exigía un final inolvidable.
Nunca lo olvidaré… Kevin siempre está conmigo en la memoria.
16 de julio del 2008
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