LA DÚCTIL OFRENDA
Arcaico / (Post)moderno
ESPACIO VENANCIO SHINKI
Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA)
Miraflores / Lima – Perú
EXPOSICIÓN (Curaduría: Gustavo Buntinx)
20 de julio
28 de agosto
2022
AR-CAI-CO-<br>-(POST)-MO-DER-NO</br>(Ensayo curatorial)<br>Gustavo Buntinx
Gustavo Buntinx
AR-CAI-CO-(POST)-MO-DER-NO
Cuatro susurros iniciales
sobre La dúctil ofrenda
de Rocío Rodrigo
(Ensayo curatorial)

Rocío Rodrigo
La dúctil ofrenda
2022
Instalación
(Vista parcial)
(Fotografía: Daniel Giannoni)
Susurro I
La ofrenda rota ha sido el desafío esencial y recurrente en la obra de María del Rocío Rodrigo Prado. Un deambular artístico entre los fragmentos de la sacralidad hecha pedazos que desdibuja el trazo de nuestras existencias. (Post)modernas.
En su perversión polimorfa. En su metamorfosis sin tregua. Y en su metástasis también matérica. Ida-y-vuelta
De la piedra al barro al alambre al plástico a la tela.
Al tejido. Un nodo, un nido, un nudo. O varios.
Un quipu deshilachado de memorias descompuestas. Que en esta exposición devienen “recuerdos”. O souvenirs transfigurados. Baratijas desde las que, sin embargo, asoma otra vez lo sagrado.
(O su fantasma).

Anónimo semi-industrial
Tumi-cantimplora
s.f.
Plástico
Colección MICROMUSEO
(“al fondo hay sitio”)
(Elemento incorporado a la vitrina contextual de la instalación
La dúctil ofrenda, de Rocío Rodrigo)
Susurro II
Su fantasmagoría. El fetichismo también del ancestro que se erige sobre nosotros como un complejo (otro) de castración mítica. La sobrecompensación simbólica del Lanzón de Chavín: el Chawpi, el Centro perdido. El Ombligo, el Omphalos, el Qosqo, según la etimología —inventada— del Inca Garcilaso de la Vega.
La Wanka Grande, el Gran Falo Cósmico que desde el arte —este arte— otra vez nos murmulla su oráculo. Banal y prodigioso.
Desde y contra la mercancía.
(De la contradicción, vivimos).

Elementos en el entorno de la instalación La dúctil ofrenda de Rocío Rodrigo
(Izq.) Maqueta del gran Lanzón enclavado en el centro de la obra
(Der.) Huaco fálico moche en interpretación de alambre
Susurro III
De la contradicción, o de su apariencia. De la paradoja. Y del síndrome de latencia. Que nos asedia en los lugares más inesperados.
El Chavín nuevo que la Lima “marginal” soterra. Un nuevo centro en sus periferias.
Del laberinto de piedras al entramado de cañas. Que en el virreinato fueron quincha y ahora devienen esteras. Para en esta muestra devolvernos al diseño textil q’ero: el rombo, el cuadrado, el tawa.
La cuatridimensión ritual. Pero también el hábitat del migrante.
La choza que en nuestras barriadas se prefiguraba casa, ¿dará lugar también al templo?
¿Emergerá la wanka otra vez en su ceque, en su eje ensoñado?
El Lanzón. Ahora de industrial acero.
Y sus oráculos.
Ahora personales, íntimos. Quedos.
Y sus ofrendas.
Ahora de alambre, ahora de plástico, ahora de lana.
(Dúctil).

“Ofrendas” de lana tejida incorporadas a la instalación
La dúctil ofrenda
de Rocío Rodrigo
(Fotografía: Daniel Giannoni)
Susurro IV
Dúctil, blanda, suave. Como en una ironía provinciana sobre las ironías cosmopolitas de Claes Oldenburg. O, tal vez, de Yayoi Kusama.
Pero esa parodia del arte ajeno, ese canto paralelo (para oide), es acá también un salmo a la vida nuestra.
Un canto propio. Y banal. Y sacro.
(Ar-cai-co-[post]-mo-der-no).

“Ofrendas” de lana tejida incorporadas a la instalación
La dúctil ofrenda
de Rocío Rodrigo
(Fotografía: Daniel Giannoni)
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