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ATAVÍOS

El travestismo cultural

en la fotografía de Reynaldo Luza

CENTRO CULTURAL EL OLIVAR /
/ CENTRO CULTURAL PERUANO NORTEAMERICANO
Lima – Perú / Arequipa – Perú

EXPOSICIÓN (Curaduría: Gustavo Buntinx / Carlos García Montero Protzel)

205



2017 – 2018

<span class='fa fa-star'> </span>V. "Criollas"


Gustavo Buntinx

Atavíos
V. “Criollas”

(Ensayo curatorial)


Reynaldo Luza
Fantasía criolla en la virreinal Casa de las Trece Monedas
Centro Histórico de Lima
ca. 1945 – 1955
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelo: Carmela Laos García-Seminario)

El travestismo cultural puede configurarse también como un anacronismo deliberado. Que es un orgullo y al mismo tiempo una melancolía. Así lo insinúa una notable secuencia de fotografías legibles hoy como el reverso de los elegantes retratos que Luza pintaba de mujeres de sociedad exhibiendo gestos modernos y atuendos cosmopolitas.

Reynaldo Luza
Retrato de Carmen García Montero Luza
1968
Lápiz y acuarela sobre papel: 75 x 90 cm
Colección Carmen García Montero Luza

Reynaldo Luza
 
(Izq.) Retrato de Mercedes García Montero Luza
Carboncillo y lápiz de color sobre papel: 67 x 47 cm
1947
Colección Carlos Saettone Luza García Montero

(Der.) Fantasía criolla en la neocolonial Casa García Montero
Santa Beatriz, Lima
ca. 1945 – 1955
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelo: Mercedes García Montero Luza)

Entre éstas se encontraba su sobrina, Mercedes García Montero Luza, quien sin embargo fue también una de las féminas que hacia 1945 posaron frente a su lente para evocar los atuendos casi desaparecidos de lo limeño. De lo criollo todo, cuya fantasía iniciaba su último esplendor —Chabuca Granda no había compuesto aún José Antonio— pero atisbaba también su agotamiento.

Imágenes de una cultura en apogeo y en extinción. Y en contextos que a veces eran deliberadamente impostados. Las tomas, por cierto, incluyen locaciones auténticamente virreinales, como la Casa de las Trece Puertas o la Casa Hacienda Moreyra. Pero también aparece allí, de manera privilegiada, la casona neocolonial (no-colonial) de la familia García Montero, con la que Luza estaba emparentado. O la inventada arquitectura rural erigida en medio del barrio elegante de San Isidro por Enrique Camino Brent.

Reynaldo Luza
 
(Izq.) Fantasía criolla en la neocolonial Casa García Montero
Santa Beatriz, Lima
ca. 1945 – 1955
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelo: Rosa García Montero Luza)
 
(Der.) Fantasía criolla en la arquitectura pseudorural
del taller del pintor Enrique Camino Brent
San Isidro, Lima
Santa Beatriz, Lima
ca. 1945 – 1950
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelo: Anita Pizarro)

Es la cuñada de este pintor indigenista, Anita Pizarro, quien allí exhibe su gracia limeña. (El indigenismo implicó con frecuencia un criollismo terminal).(1) Y son no sólo Mercedes y su hermana Rosa quienes complementan la estética del palacete familiar: reconocemos en varias de estas tomas también a Doris Gibson, hija del poeta Percy Gibson, compañero de juventudes bohemias compartidas con Luza y Valdelomar, entre otros. Fiel a ese legado, Doris era ya una presencia inquietante en la escena cultural, y pronto se convertiría en la gran dama del periodismo peruano.

Reynaldo Luza
Fantasía criolla en la neocolonial Casa García Montero
Santa Beatriz, Lima
ca. 1945 – 1955
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelo: Doris Gibson)

En otras tomas aparece Carmela Laos García-Seminario, vinculada a las prácticas de la filantropía en algunas de las llamadas grandes familias. Ella fue sobrina nieta de María Laos Argüelles de Miró Quesada, muerta a balazos en 1935 cuando intentaba evitar el asesinato de su esposo —Antonio Miro Quesada, director del diario El Comercio— a manos de un fanático aprista. Eran los llamados años de la barbarie.(2)

La identidad de las retratadas proporciona así una densidad adicional a lo retratado. No se trataba, por lo general, de simples modelos, sino de personas representativas de una forma de vida dominante pero asediada. Y recuperada desde el hábito cultural. En todos los sentidos del término, pero sobre todo en el más “femenino” de la indumentaria.

Así lo subraya el hecho que fueran siempre mujeres quienes daban cuerpo a este retrato desplazado de algo que podría percibirse como una clase, pero en esa acepción más porosa y esquiva que a veces se resume como estilo. Un ideal, casi, de aristocracia nueva y antigua y propia.

Casi una filosofía. Una gravedad, exacerbada por los elementos simbólicos que suelen potenciar la toma. Alguna de las cruces utilizada en la Casa García Montero es de clara raigambre popular y andina, vinculada a nuestros sincretismos y mestizajes múltiples. Otra se quiere asociada a los tiempos de la Conquista, y según tradición oral habría estado en una capilla del San Cristóbal, el apu o cerro tutelar de Lima donde se libraron batallas decisivas durante los primeros años de la presencia española en el Perú.

Reynaldo Luza
 
(Izq.) Fantasía criolla en la neocolonial Casa García Montero
Santa Beatriz, Lima
ca. 1945 – 1955
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelo: Mercedes García Montero Luza)
 
(Der.) Fantasía criolla en la neocolonial Casa García Montero
Santa Beatriz, Lima
ca. 1945 – 1955
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelo: Mercedes García Montero Luza)

No debiéramos, así, percibir en este despliegue de modas añejas una mera nostalgia, o un simple divertimento: poco hay de carnavalesco en las actitudes que Luza impone a sus retratadas. En estas cuidadas composiciones ─atención a la afinidad entre los cuerpos y los arcos y las rejas y las escaleras─ se entrevé una sofisticada puesta en escena, amorosa pero también dolida. Una alegoría: la contemplación melancólica de una identidad que se sabe ya escenografía. Un arte que se quiere artificio.

Reynaldo Luza
Fantasía criolla en la virreinal Casa de las Trece Monedas
Centro Histórico de Lima
ca. 1945 – 1955
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelos no identificadas)

Una fantasmagoría: aunque acaso involuntaria, es sugerente la doble exposición que en una de estas tomas le otorga a esa identidad construida un aura incierta.

Espectral.

Reynaldo Luza
Fantasía criolla en la virreinal Casa de las Trece Monedas
Centro Histórico de Lima
ca. 1945 – 1955
(Doble exposición)
Fotografía analógica
Archivo Reynaldo Luza
(Modelos no identificadas)
Notas

1. En relación a este último concepto, véase la conclusión de mi ensayo sobre el pintor Mario Urteaga (Buntinx 2003).

2. Agradezco a Guilbert Chauny de Porturas-Hoyle por sus precisiones genealógicas y otras informaciones sobre la familia Laos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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