TRADE CENTER
Fosa de valores
2003 - 2004
Óleo y serigrafía sobre tela / Díptico: 110 x 220 cm, cada panel
Colección MICROMUSEO ("al fondo hay sitio")
febrero
2017
Carlos Lamas
(Proyecto A Imagen & Semejanza – AI&S)
Trade Center
(Fosa de valores)
2003 – 2004
Óleo y serigrafía sobre tela / Díptico: 110 x 220 cm, cada panel
Colección MICROMUSEO
(“al fondo hay sitio”)
PREVIO
Ante la incertidumbre y beligerancia de los tiempos
escogemos como PIEZA DEL MES
una de las obras más lúdicas y más trágicas de MICROMUSEO.
El azar apocalíptico-financiero
magistralmente condensado por Carlos Lamas
en un cuadro concebido como vórtice
de nuestras guerras inmediatas.
Que ahora, sin embargo, se vislumbran como un abismo profético
de otras violencias más amplias.
FOSA DE VALORES
GUSTAVO BUNTINX
Bajo cualquier redefinición buscada del barroco sobrevive siempre su explicación primordial como el derroche de sentidos (en todos los sentidos) destinado a ocultar una carencia. El horror vacui, la compensación desbordada de un vacío. También político: tras muchas de nuestras exuberancias artísticas se insinúa una respuesta desplazada al escándalo de la incapacidad oficial para asumir la experiencia de guerra incivil y neodictadura que asoló al país entre los años 1980 y 2000. O siquiera reconocer el importe decisivo del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), acaso el escrito de no ficción más relevante que sobre el Perú se haya publicado desde la redacción en el temprano siglo XVII de los Comentarios reales del mestizo Inca Garcilaso de la Vega y la Nueva corónica y buen gobierno del indígena Guamán Poma de Ayala.
Aquella ignorancia es otra irresponsabilidad histórica de sectores empeñados en reprimir la posibilidad misma de la memoria. El resultado es un procesamiento sobre todo anímico de traumas cuya manifestación catártica tiende a condensar formas culturales y religiosas. Sensaciones místicas o míticas tras las que se vivencia nuestra historia inmediata como una fosa común ─de valores tanto como de cuerpos. En las varias acepciones de ambos términos.
A ello apuntan las sugerencias del nombre e imágenes de un díptico marcante elaborado entre 2003 y 2004 por Carlos Lamas para el proyecto A Imagen y Semejanza (AI&S): el ludismo macabro de un apocalíptico juego de Monopolio, con episodios diversos de nuestras violencias recientes literalmente encasillados en el perímetro del doble lienzo. Un tablero partido sobre cuyo eje horizontal se integra el atentado contra las torres gemelas de Nueva York a la imagen virreinal de Cristo velado por la (Virgen) Dolorosa.
(Arr.) Detalle de Trade Center
(Deb.) Anónimo (Escuela Cuzqueña)
Cristo velado por la Dolorosa
Siglo XVIII
Óleo sobre tela
Convento del Carmen, Lima
(Fotografía: Daniel Giannoni)
Hay alguna correspondencia sombría entre esta imagen última ─dos veces reiterada─ y la composición tenebrosa en cada campo pictórico. La mitad superior despliega un fondo dominado por las alegorías barrocas del Árbol de la Vida y el Árbol de la Muerte. Y sobre la porción inferior se desperdigan esqueletos descoyuntados. Como en un profanado cementerio prehispánico. O en nuestros demasiado actuales “botaderos de cadáveres” ─ese terrible neologismo peruano.
Detalles de Trade Center
Trade Center (Fosa de valores) es el título implacable de esta obra que además privilegia el gesto sarcástico de un legendario mimo peruano: Jorge Acuña, precursor de la toma de los espacios públicos del centro otrora oligárquico de la ciudad, para su transformación en escenarios improvisados de la ácida comedia popular. Mediante la retórica de su corporalidad y de su rostro pintarrajeado este cuadro ensaya una alegoría vivencial de la farsa interminable de nuestra historia, exacerbada hasta el paroxismo bajo el régimen de Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori en el que la guerra desemboca.
A la crisis sacrificial y los llamados atávicos de la violencia y lo sagrado (René Girard), esa dictadura adicionó el terror banal y los imperativos más contemporáneos de la marcialización y el simulacro. Una paralizante condición de época que intentó prolongarse hasta nuestros días, pero se vio enfrentada por la escena artística en sus franjas más críticas. Que son a veces las más paródicas.
Pero no menos lacerantes y críticas por ello. Como en este excepcional abismamiento gráfico ─y pictórico─ de Carlos Lamas.
(Sobre la base de textos publicados en
Lo impuro y lo contaminado:
Pulsiones (neo)barrocas
en las rutas de MICROMUSEO.
Lima: MICROMUSEO, 2007)