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RICARDO CASSINELLI
Y LA REPÚBLICA DE WEIMAR PERUANA


Hoy, 23 de febrero, a las 19:30 horas
MICROMUSEO inaugura un rescate histórico

23 de febrero

2011

RICARDO CASSINELLI
Y LA REPÚBLICA DE WEIMAR PERUANA

HOY, 23 DE FEBRERO, A LAS 19:30 HORAS,
MICROMUSEO INAUGURA UN RESCATE HISTÓRICO

Este miércoles 23 de febrero, a las 19:30 horas y en la Casa O’Higgins de la Pontificia Universidad Católica del Perú, MICROMUSEO inaugura una exhibición excepcional, en términos tanto artísticos como históricos. Una retrospectiva que es, al mismo tiempo, la primera exposición del artífice. La primicia de cerca de ciento cincuenta obras seleccionadas entre las muchas otras que Ricardo Cassinelli (Lima, 1957) logró generar privada, casi clandestinamente, durante el período traumático que se proyecta desde la caída del gobierno militar en 1980 hasta el golpe de Estado de 1992.

Doce inclementes años dominados por la hiperinflación, el desgobierno, la violencia sin límites. Nuestra República de Weimar Peruana, en los términos propuestos por la curaduría de Gustavo Buntinx. Un abismamiento histórico que forzaría ensimismamientos varios, pero a la vez, paradójicamente, el reconocimiento abrupto del otro, de la diferencia, como instancia constitutiva de la fracturada sociedad peruana.

La obra de Cassinelli abarcó ambos registros. Un diario personal que sin embargo se proyecta hacia los trastornos del entorno social más amplio. Retratos, autorretratos y paisajes alternan con alegorías complejas y crónicas descarnadas de la violencia. Pero todo siempre desde una impresionante vocación solitaria.

El suyo es de veras un arte de necesidad interior, autodidacta y prácticamente nunca ofrecido a galería o exposición alguna en un circuito plástico que Cassinelli no frecuenta y más bien rehuye. Ajeno a esa escena y a sus rutilancias, este pintor retraído, secreto, elaboró centenares de imágenes espontáneas, logradas con tanta frescura como destreza sobre papeles, cartulinas, cartones. Exabruptos (así los denomina el propio autor) donde hasta la precariedad aparente de los soportes modestos habla de las fragilidades históricas -y personales- que animan su producción intensa. Extensa, aunque finalmente trunca: hacia 1992, por motivos que van de lo social a lo íntimo, Cassinelli abandona el trabajo sostenido con los materiales plásticos. Y la mayor parte de su producción supérstite se enrolla y olvida bajo los óxidos de una máquina inútil en la curtiembre quebrada de la familia.

Como una cápsula del tiempo: el reciente hallazgo y recuperación de esas imágenes, a instancias de MICROMUSEO, nos revela no sólo un raro y desconocido repertorio de imágenes, sino además un excepcional testimonio de las intensidades de aquellos años extremos. De sus tensiones máximas, pero aquí desplazadas con frecuencia hacia registros personales, tácitos, oblicuos. Ludismos y erotismos varios se confunden con alusiones sesgadas a la violencia e interpretaciones desbordadas del desborde popular.

También en su sesgo racial: asunto recurrente y fundamental en esta iconografía es el protagonismo de una presencia mestiza, potenciada por el propio mestizaje del lenguaje ensayado para expresarla. Hasta el punto que hoy este acervo desconocido podría verse como una suerte de eslabón perdido entre algunas de las más importantes transformaciones estilísticas de nuestra plástica contemporánea. Entre el pop achorado y el neo-expresionismo, digamos. Entre el taller E.P.S. Huayco y Carlos Enrique Polanco. O Piero Quijano: durante largos momentos los trazos y sentidos articulados por Cassinelli podrían relacionarse con los que años después consagrarían a un pintor tan notable como este último y sus agudas miradas sobre la (post)modernidad popular.

Reunir y rescatar la obra perdida de Cassinelli es, así, no sólo un acto de justicia con el arte personalísimo de su autor, hasta ahora ignorado, sino un emprendimiento de amplias trascendencias. Una apuesta histórica.

(Con ocasión de esta muestra, MICROMUSEO publicará en breve un libro monográfico que es el primero de una nueva serie editorial, dedicada a las manifestaciones visuales concebidas por fuera de la escena artística).

LA CASA O’HIGGINS SE ENCUENTRA EN EL JIRÓN DE LA UNIÓN 554
EN EL CORAZÓN DEL CENTRO HISTÓRICO DE LIMA

Ricardo Cassinelli
Calato con bandera
 1985
Acuarela sobre papel / 38 x 44 cm
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