HORA LOCA
(2012)
2011
Plástico moldeado y pintura fluorescente / 6.6 x 23.5 x 13.5 cm
Colección MICROMUSEO ("al fondo hay sitio")
enero
2012
Anónimo semiindustrial
Hora loca
(2012)
2011
Plástico moldeado y pintura fluorescente /
/ 6.6 x 23.5 x 13.5 cm
(Fotografía: Sophia Durand)
(Solemnes juergueros:
Natalia Andrea Gutiérrez Saravia / Luis Alberto Luna Victoria)
Colección MICROMUSEO
(“al fondo hay sitio”)
PLÁSTICAS
GUSTAVO BUNTINX
Tal vez la densidad mayor de los sentidos de una época deba hurgarse no en sus cuidadas sublimaciones formales sino entre sus desperdicios. No en sus grandes manifestaciones artísticas sino en la banalidad aparente de los objetos e imágenes del cotidiano sensorial configurado para el goce fugaz por la sociedad de consumo.
Fugaz y confuso: como tantas veces argumentamos, lo impuro y lo contaminado es la determinante cultural de nuestros promiscuos tiempos. Pocas obras visuales lo ponen en tan radical evidencia como este par dialéctico de primorosos anteojos desechables concebidos como “cotillón” y accesorio festivo para las celebraciones por el advenimiento del nuevo año 2012 (de allí el encendido amarillo de sus colores “flúor”). Artificios de barata fantasía que homologan sin escrúpulos la vulgaridad ramplona de los atuendos y poses del reggaeton con las más rancias retóricas de la tradición costumbrista peruana, expresada por el otrora popular y hoy aristocratizante baile de la marinera.
Dos repertorios violentamente opuestos por sus contenidos pero igualados por la mercantilización terminal de toda experiencia sensible. Y particularmente de todo jolgorio. Es el goce mismo el que hoy se estandariza e indiscrimina bajo los ímpetus avasallantes de la revolución capitalista que en el Perú opera la verdadera e irreversible Gran Transformación del siglo XXI.
Una subversión extrema en todos los órdenes, pero especialmente en el registro sensible de nuestra era de trastrocamientos y vulgarizaciones extremas. Por algo es la “hora loca” la culminación de moda en toda fiesta peruana que se precie de (post)moderna. Sin embargo hay incluso allí lugar para “vanguardismos” inesperados. Como la incorporación de las sofisticadas estéticas del caligrama a estas baratijas, tan fascinantes también por su singular articulación de las supuestas “formas” y los llamados “contenidos”: atención al efecto funcional del magistral diseño con que se delinea la fecha emblemática. Y apocalíptica (en clave maya).
Dios se mueve entre los cacharros, decía Santa Teresa de Jesús.
También entre las chucherías plásticas (en los dos sentidos del término).
Proveniencia
Artilugio adquirido por Gustavo Buntinx el 31 de diciembre del 2011 en el mercado popular de Chaclacayo, en la empobrecida periferia Este de Lima, por dos soles peruanos, menos de un dólar estadounidense.
Fondos donados por un benefactor de MICROMUSEO que prefiere mantenerse anónimo.