NAUFRAGIOS OCCIDENTALES
Visita guiada a la exposición Cargo Cult
de Jaime Miranda Bambarén
15 de diciembre
2016
NAUFRAGIOS OCCIDENTALES
VISITA GUIADA
A LA EXPOSICIÓN
CARGO CULT
A cargo del artífice
Jaime Miranda Bambarén
y del curador
Gustavo Buntinx
Sábado 17 de diciembre
2016
13 horas
MICROMUSEO
Paradero Real Felipe
Calle Daniel Nieto nº 185, Centro Histórico
El Callao – Perú
Ingreso libre
MITO
Restos de hidroavión militar,
Cessna 208, Caravan I,
encontrado el 2015 en la mesa de trabajo
de la casa del desaparecido chamán,
Benigno Ramos,
al lado Oeste del río Tigre
en la amazonía de Loreto.
Benigno Ramos rescató
y utilizó estos elementos
como objetos de poder
para combatir a las obscuras mafias
de madereros ilegales que depredaban la zona.
La avioneta apareció hundida
el 9 de enero del 2009
en el río Tigre.
Luego sería canibalizada
por nativos del lugar.
(Jaime Miranda Bambarén)
(Fotograma tomado de Chariots, Gods, and Beyond,
sexto episodio de Ancient Aliens,
serie transmitida por el History Channel
https://www.youtube.com/watch?v=NoDKPe0eIZQ)
NAUFRAGIOS
OCCIDENTALES
(Sumilla curatorial)
La procuración de bienes modernos
mediante recursos mágicos
es una de las explicaciones genéricas que se le suele dar
al término “cargo cult”,
derivado de la antropología angloparlante.
Cultos de cargamento:
prácticas religiosas asociadas
al encandilamiento de ciertas culturas oceánicas
por el tesoro entrevisto de artefactos y conservas
y bienes industriales
que descendieron sobre las islas del Pacífico
acompañando a colonizadores, ejércitos, misioneros.
Como vendavales como ráfagas como bombardeos.
A veces en un sentido demasiado literal:
la militarización temporal de los mares
durante las guerras llamadas mundiales
acentuó entre algunos isleños
un atisbo de abundancias fugaces,
incomprendidas y ansiadas.
La histeria circumnavegante
de las globalizaciones erráticas.
Y el maderamen a la deriva
de los naufragios occidentales.
Un botín, casi,
a ser luego evocado, convocado,
mediante chamanismos arcaicos pero modernizantes.
Gestualidades “primitivas”,
propiciatorias de lo nuevo, de lo industrial,
de lo sintético.
Trastornado en tótem.
Trastornado en tótem.
Fascinante y letal.
Como la escritura automática
de una metralleta transfigurada en cruz.
Tótem y tabú de los hallazgos
recombinados aquí por Jaime Miranda.
Una alegoría demasiado perfecta,
tal vez,
de nuestras existencias fronterizas.
Ávidas de consumos que son violencias.
Una alegoría demasiado exacta
de lo que los poderes y el Poder
—la narcolepsia cultural,
el capitalismo hedónico,
el comunismo hechizo—
han hecho de nuestra carnes y de nuestras almas.
De nuestra vida social
y de la vida social de nuestras imágenes.
De todo, casi todo,
lo que antes
llamábamos arte.
Los usos del ritual
para un fetichismo otro de la mercancía.
A ser,
sin embargo,
redimida.
(Gustavo Buntinx)