CARLOS RUNCIE TANAKA
EN EL STATION MUSEUM DE HOUSTON
01 de julio
2009
Carlos Runcie Tanaka
Tiempo detenido / No olvidar
1997
Instalación (detalle)
(Cerámica de múltiples cocciones, esferas de vidrio, tela (cinta negra) /
/ medidas variables
Colección Museum of Fine Arts Houston (MFAH) – Estados Unidos
(Fotografía: Juan Pablo Murrugarra, en la exposición
Sumballein – Antología rota de Carlos Runcie Tanaka [1978 – 2006]
Museo de Arte del Centro Cultural de San Marcos [MASM – CCSM], Lima – Perú, 2006)
CARLOS RUNCIE TANAKA
EN EL STATION MUSEUM DE HOUSTON
GUSTAVO BUNTINX
Cuidados personales y preparativos para varios proyectos complejos de MICROMUSEO me han apartado momentáneamente de esta bitácora. Retomo ahora sus crónicas, sin embargo, para rendir cuenta de un tránsito excepcional en el arte peruano: la importante exposición con que Carlos Runcie Tanaka ocupa, desde el pasado sábado 27 de junio, las instalaciones completas del Station Museum de Houston, Texas, un espacio de especial reconocimiento en los circuitos alternativos (y también mainstream) de los Estados Unidos.
La muestra reúne una pieza singular y tres grandes, cruciales instalaciones del artífice. Todas ellas antes expuestas en —y dos de ellas creadas especialmente para— Sumballein, la “antología rota de Carlos Runcie Tanaka” que a principios del 2006 curé en el Museo de Arte del Centro Cultural de San Marcos. El trabajo de Runcie Tanaka ha motivado —crítica y libidinalmente— algunos de los compromisos mayores de MICROMUSEO. El vínculo directo se remonta por lo menos a la primera Bienal Iberoamericana de Lima, en 1997, con el acompañamiento textual para Tiempo detenido, la sobrecogedora reelaboración de la experiencia de Runcie Tanaka como rehén en la residencia del embajador del Japón.
En esta ocasión la iniciativa y la responsabilidad curatoriales recaen sobre Jim Harithas, quien además concibió y dirige el Station Museum. Transcribo a continuación la información y comentarios sobre esta muestra publicados el mismo 27 de junio por Carlo Trivelli en El Comercio.
METÁFORAS DE FUEGO Y ARCILLA
EL RECONOCIDO CERAMISTA PERUANO HA SIDO INVITADO
AL STATION MUSEUM DE ARTE CONTEMPORÁNEO EN TEXAS
Desde ayer exhibe cuatro de sus más conocidas instalaciones
CARLO TRIVELLI
El trabajo de Carlos Runcie Tanaka está marcado por una profunda reflexión acerca de su identidad como persona y como creador, y también acerca de los materiales y lenguajes con los que trabaja. Si bien se lo define habitualmente como ceramista, desde hace ya muchos años que su trabajo, sin alejarse del torno y el horno, tiene como formato la instalación, lo que le permite conjugar su profunda compenetración con la arcilla y sus connotaciones, con pretensiones conceptuales y metafóricas de alto vuelo.
Han sido esas cualidades, sin duda, las que llamaron la atención de Jim Harithas, el curador y director del museo Station de arte contemporáneo (Houston, Texas) y lo llevaron a proponerle a Runcie exponer en Estados Unidos. La línea del Station es muy contemporánea y busca llenar vacíos en la experiencia artística de sus visitantes. Por ello, una obra como la de Runcie, marcada por preocupaciones y motivos interculturales, íntimos y a la vez políticos, realizados en cerámica pero con proyección hacia la instalación, no podía dejar de interesarles.
Selección
Harithas ha escogido una pieza y tres instalaciones para la exposición en el Station. La pieza se llama Proyección orgánica y es una prueba de la destreza de Runcie con sus materiales. Las instalaciones, ya presentadas en Lima, son: Manto, un conjunto de fragmentos de cerámica y loza confeccionados y rotos a lo largo de varios años, con los que Runcie arma una metáfora de la identidad cultural peruana; Tiempo detenido / No olvidar, la conmovedora reunión de figuras con reminiscencias a la vez japonesas y de la cultura Chancay, atrapadas en un ambiente cerrado, inspirada en su experiencia de secuestro por parte de miembros del MRTA en la residencia del embajador de Japón; y, por último, Huayco / Kawa / Río, en que hermosas esferas de cerámica son confeccionadas a partir de fragmentos de piezas fallidas o rotas en el horno, en un juego que recuerda los rituales de los alfareros japoneses con las piezas que se quiebran en el horno a las que dan la debida sepultura.
La muestra es sin duda una excelente oportunidad para el público estadounidense de conocer a un artista valioso y un merecido reconocimiento a la obra y constancia de Carlos Runcie.